Características del mapache común

Este simpático animal es sumamente adaptable. Puede convivir cerca de los seres humanos, incluso alguno se ha adoptado como mascota, algo que no parece ser muy recomendable, pues puede volverse agresivo cuando se convierte en adulto y ser portador de enfermedades como la rabia. El mapache no es un animal doméstico.

Es omnívoro, nocturno y polígamo. Posee un pelaje marrón rojizo, con zonas negras en la cara, a modo de antifaz. Su abundante cola está surcada por unos característicos anillos. Pueden llegar a pesar hasta 15 kg, las hembras alrededor de un 20% menos. Su esperanza de vida es de 16 años.

Al mapache le gusta estar cerca de ríos o lagos, aunque su adaptabilidad le llevará a vivir en casi cualquier paraje. Es nocturno y su dieta es muy variada. Puede alimentarse de peces, cangrejos, caracoles, almejas, insectos, manzanas, cerezas, fresas, uvas, sandías, nueces, ranas, roedores y maíz. Si vive cerca del ser humano, no tienen ningún problema en acercarse a los contenedores para buscar algún alimento que le guste.

En invierno puede permanecer en su madriguera en los momentos en que las temperaturas son más bajas. Duerme más, pero no llega a hibernar.

Los mapaches son plantígrados, es decir, que pueden ponerse de pie sobre sus patas traseras. Sus patas delanteras se asemejan a manos, y son capaces de manipular objetos y alimentos con ellas.

Son animales solitarios, aunque en ocasiones pueden unirse en grupos, generalmente de hembras o de machos. En este último caso lo harán para vigilar mejor su territorio.

Reproducción del mapache

El periodo de gestación de la hembra de mapache es de poco más dos meses, después de los cuales nacen entre  dos y seis crías. Los pequeños mapaches maman de la madre hasta los tres meses y se independizan a partir del año de vida. El macho solo les acompañará durante el primer mes.

Sus guaridas las hacen en troncos huecos de árboles, cuevas, sótanos o graneros abandonados, y en cualquier lugar donde se sientan protegidos y a salvo de predadores.

Beatriz Moragues - Derechos Reservados