Los osos polares son capaces
de ingerir grandes cantidades de comida en poco tiempo, pero también pueden
estar sin comer largos periodos. Su metabolismo tiene la facultad de regularse
y entrar en un estado similar a la hibernación cuando les falta alimento.
Estos animales evolucionaron
de los osos pardos durante el alto Pleistoceno, periodo que abarca las últimas
glaciaciones. El fósil más antiguo que se conoce, data de aproximadamente
100.000 años y se localizó en los jardines de Kew, en Londres.
Los osos polares habitan en
el Círculo Polar Ártico, poseen cinco dedos en cada pie con uñas no retractiles
y son plantígrados, es decir, que apoyan totalmente la planta del pie al
caminar. Sus orejas son de pequeño tamaño y el pelaje es blanco o amarillento. Pueden
llegar a pesar alrededor de 700 kg.
Tienen muy desarrollado el
sentido del olfato y su dieta se compone de focas, morsas, belugas, aves
marinas y aves acuáticas.
Generalmente estos animales
son solitarios, aunque en ocasiones se unen en grupos familiares, además de
vivir en pareja en las épocas de cría.
Reproducción del oso polar
Se reproducen en primavera y
el periodo de gestación de la hembra es de alrededor de ocho meses. Usualmente
las camadas son de uno a tres cachorros, y la madre cuidará de ellos hasta los
dos años y medio. Se dan casos en que alguna osa adopta los oseznos de otra
hembra.
Nacen en una madriguera entre
la nieve, con los ojos cerrados, su pequeño cuerpo lo cubre una pelusa finísima
y pesan poco más de medio kilo. Hasta que no alcanzan más de diez kilos de
peso, su madre no los lleva con ella al hielo.
El oso polar en peligro de extinción
Actualmente el oso polar se
encuentra en estado de vulnerabilidad en la Lista Roja de los Animales en
Peligro de Extinción, en parte debido a la caza indiscriminada de la que han
sido objeto durante años.
Otros de los peligros a los que se enfrentan son la
contaminación, los pesticidas, las toxinas y los metales pesados que ingieren
en los animales de los cuales se alimentan. Asimismo, el calentamiento global
amenaza gravemente su hábitat.
Beatriz Moragues - Derechos Reservados
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