miércoles, 20 de abril de 2016

Gatos senior: cuidando a nuestros compañeros felinos

Nuestros queridos gatos envejecen, como nos ocurre a los humanos, y su comportamiento y necesidades pueden cambiar. Los gatos senior, necesitan un poco más de atención por nuestra parte, para que tengan una vejez saludable y feliz.

Viviendo en un ambiente privilegiado y sin riesgos para su vida, no es de extrañar que cada vez haya más mininos que llegan sin problemas a edades avanzadas. Hace unos años, en un viaje a Peñíscola, me encontré con un gato acurrucado en la falda de su dueña, a la puerta de la típica tienda turística. Al acercarme a acariciarlo, la mujer me comentó que el minino tenía 24 años.

Gato senior

Afortunadamente, atrás quedó esa mentalidad que llevaba a acciones tan crueles como el abandono sistemático cuando el animal cumplía años, simplemente por la creencia de que podía contagiar enfermedades, sobre todo cuando había niños pequeños en el hogar. Generalmente, ese tipo de actitudes no estaban guiadas por la mala fe, sino por la ignorancia y el desconocimiento.


¿Cuándo es mayor un gato?


Se considera que un gato es mayor a partir de los 8 años. No es algo que se advierta de inmediato, es un proceso que el felino va experimentando paulatinamente, como nos ocurre a las personas. De hecho, algunos especialistas han manifestado que entre el envejecimiento humano y el de los gatos hay grandes semejanzas.

Al tiempo que van envejeciendo su cuerpo se va haciendo más vulnerable a las enfermedades, las articulaciones se entumecen con más facilidad, sus sentidos están menos despiertos y responde más despacio a los estímulos, al mismo tiempo que va teniendo más achaques.

Gato senior


También en la apariencia del gato se notará el paso de los años. Se acicalan menos y su pelaje pierde eficacia a la hora de protegerle del frío y de la humedad. Disminuye la actividad y aumentan las horas de sueño. El apetito y la sensación de sed es menor, hecho que hay que vigilar sobre todo en gatos que siempre han sido delicados con la comida, porque pueden pasar a comer de manera insuficiente.

Sin embargo, es posible que estos signos se hagan visibles cuando el animal ya sea muy mayor, pues hay muchos gatos que llegan a la vejez sin mostrar ningún signo de deterioro hasta aproximadamente el último año de vida.


Cuidados del gato mayor


A medida que nuestro gato cumpla años, va a necesitar una atención y unos cuidados especiales o, al menos, cambiar determinadas costumbres.

El primer punto importante es la observación, para que no nos pase desapercibido ningún cambio en el comportamiento del gato. Es importante que el minino coma y beba de manera normal, que su actitud sea la de siempre, que no esté más apático, que no vomite de manera reiterada o que no adelgace mucho en poco tiempo.

Cualquier conducta que se salga de lo normal debe ser motivo de atención y, si nos parece necesario, de consulta con el veterinario.

A medida que nuestro amigo de cuatro patas se hace mayor, es bueno que su dieta cambie ligeramente, a menos que tome pienso medicalizado por alguna enfermedad crónica. Si no es así y el gatito come normalmente comida seca, resultará positivo agregar comida blanda a su rutina diaria. Los gatos mayores suelen beber menos agua, y la comida de lata les proporciona una parte de líquido que les beneficia. Eso sí, es conveniente que sea comida de calidad.

Gato enfermo


Durante toda la vida del animal es importante la calidad de la dieta, pero en la vejez esa importancia aumenta. También es distinta la cantidad de minerales y vitaminas que requiere un animal joven que uno mayor, por lo que la comida específica para esas edades será la más adecuada.





Los gatos longevos precisan un ambiente más cálido, por lo que debemos ocuparnos de que su luga de descanso esté a salvo de corrientes de aire y que pueda llegar a él fácilmente. Será conveniente que esté en un lugar tranquilo, donde no sea molestado excesivamente ni por niños ni por otros animales. Si su cajón de arena ha estado hasta ese momento en el exterior, quizá sea conveniente trasladarlo dentro de casa, sobre todo en la época invernal.

La higiene será otro punto a tener en cuenta, pues nuestro gato se aseará en menor medida y nos tocará echarle una mano. Un cepillado en su momento, más frecuentemente si se trata de un gato de pelo largo, será una gran ayuda para mantener su manto en buenas condiciones.

También controlaremos sus uñas, ya que la falta de actividad propiciará que sufran menos desgaste y, si se dejan crecer en exceso, podrían producirle heridas en las patas.

En ese momento del aseo se puede aprovechar para comprobar que todo en el minino está bien: sus ojos, sus oídos, que no hay secreciones raras, que no hay heridas, parásitos, bultos extraños, mal aliento o cualquier otra cosa que nos llame la atención.

Los años dorados de nuestro gato pueden ser muy placenteros y no tienen por qué darnos excesivos dolores de cabeza. Simplemente hay que saber que sus necesidades y cuidados deberán variar en algunos puntos, y que las visitas al veterinario, aunque al minino se le vea sano, deben ser obligadas al menos una vez al año.


Alteraciones mentales y neurológicas


Los gatos ancianos también pueden tener problemas mentales y neurológicos, lo que les puede llevar a cambios de conducta tales como no reconocer personas o lugares familiares, andar desorientados, nerviosismo, agresividad o hacer sus necesidades en lugares inadecuados.

Gato mayor

Un estudio realizado por científicos americanos y británicos, publicado en la revista Journal of Feline Medicine and Surgery, afirma que los gatos pueden padecer el mal de Alzheimer. Estos investigadores hallaron en el cerebro de los felinos domésticos un componente específico de esta enfermedad, por lo que llegaron a la conclusión de que la pueden padecer. Ya con anterioridad a estos hallazgos, se tenía conocimiento de que los gatos podían sufrir algún tipo de demencia.


Enfermedades más comunes en los gatos ancianos


El envejecimiento paulatino de nuestro gato va a propiciar que ciertas enfermedades aparezcan, por lo que lo más conveniente será un trato estrecho con el veterinario, que nos sabrá aconsejar cuáles son los pasos a seguir en cada momento.

La boca es una zona a la que habrá que prestarle atención, ya que puede sufrir gingivitis, infecciones y dolor, en cuyo caso, su primera reacción será dejar de comer y estar más apático de lo habitual.

Los problemas renales son muy comunes en los gatos ancianos, por lo que al limpiar la arena habrá que observar que no haya rastros de sangre junto a los restos de orina, en cuyo caso la visita al veterinario debe ser inmediata. La alimentación es muy importante ante este problema, ya que se debe seguir una dieta baja en fósforo especialmente indicada por el veterinario. Si vemos que nuestro minino come menos, adelgaza, bebe más cantidad de agua de lo normal o tiene vómitos, debemos ponernos en guardia de inmediato y consultar sin más demora.

Gato senior

También las inflamaciones intestinales, los problemas hepáticos y trastornos del páncreas son frecuentes en los gatos geriátricos. La mayoría de enfermedades, salvo las más graves, se controlan con medicación y una dieta especial, sin que suponga ningún contratiempo importante, ni para el animal ni para su dueño.

Desafortunadamente, hay dolencias que son irremediables, que no se pueden tratar ni curar. En esos casos hay que tener muy presente que la calidad de vida del animal es lo prioritario, junto al hecho de evitarle sufrimientos innecesarios. Por mucho que nos duela separarnos de él, nuestro dolor no tiene que ser nunca más importante que el suyo, pues él no puede elegir dejar de sufrir y debemos decidirlo nosotros.

Y después de todo, quién sabe si algún día nos volveremos a reencontrar en otro lugar, pues como dijo el escritor ruso Vladimir Nabokov: "La vida es una sorpresa. No veo por qué la muerte no podría ser una mayor."

Beatriz Moragues - Todos los Derechos Reservados
Artículo publicado originalmente en El Mundo del Gato



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