viernes, 20 de mayo de 2016

Delfines, animales inteligentes y solidarios, que a veces acaban cautivos en delfinarios

Hace aproximadamente 65 millones de años, unos seres comenzaron a poblar este planeta, eran los mamíferos. Se dividieron en distintas ramas y entre ellos estaban unos animales que vivían cerca del mar, alimentándose de los ejemplares que poblaban las saladas aguas. Paulatinamente fueron introduciéndose cada vez más en el entorno marino, hasta convertirse en individuos totalmente acuáticos. De este modo, hace 15 millones de años, los delfines aparecieron por primera vez en nuestro planeta.

Se ha comparado frecuentemente a los delfines con los grandes simios, ya que su inteligencia y su organización social es similar. A medida que se ha ido investigando a estos singulares animales, mucha más información ha ido saliendo a la luz, revelando que estos seres poseen unas capacidades y un modo de actuar que ha maravillado a quienes han podido estar cerca de ellos.

Características de los delfines


Los delfines son animales marinos que viven prácticamente en las aguas de todo el planeta. Preferentemente se mueven en los océanos y mares, pero también hay delfines de río.

Su grácil cuerpo puede alcanzar los 300 kg de peso, y puede medir hasta 4 metros. Su cerebro es grande en relación a su cuerpo. Por ejemplo, el delfín nariz de botella, que puede llegar a los 200 kg, posee un cerebro de 1600 gr.


Delfines

Existen más de treinta especies de delfines, entre ellos el delfín listado, el delfín de hocico blanco, el delfín del sur, el delfín jorobado, el delfín mular, etc. Las orcas, los calderones y las marsopas también pertenecen a la familia de los delfines. Sin embargo, el que a todos nos viene a la mente cuando nombramos a estas criaturas, es el delfín de nariz de botella o mular.

Los delfines que se alimentan en aguas muy profundas, donde llega escasamente la luz, suelen tener colores uniformes. Mientras los que nadan preferentemente por la superficie tienen un tono más claro en el vientre, y más oscurecido en el lomo.

Cómo se comunican los delfines


Los delfines se comunican por medio de sonidos, que pueden ir desde una especie de susurros hasta potentes silbidos.

La comunicación de estos cetáceos es sumamente interesante, ya que diversos estudios realizados parecen asegurar que cuando un bebé delfín nace, su madre le silba varias veces idéntico sonido, lo que lleva a pensar que le está comunicando su propio nombre. Algo personal e intransferible que tiene cada delfín y que le diferencia de los demás, al igual que ocurre con los humanos.


Delfines

En el chasquido que nosotros percibimos, el delfín está comunicando más de 700 sonidos, cientos de mensajes que las personas somos incapaces de detectar.

La audición es el sentido más desarrollado de los delfines, pero también el tacto y la visión son importantes. Sin embargo, estos animales carecen de sentido del olfato.

Nacimiento de un delfín mular


Los delfines cuidan de sus retoños durante más de un año. Generalmente solo nace un bebé delfín, aunque en un número muy reducido de ocasiones, pueden nacer dos. Sin embargo, lo normal es que solo sobreviva uno de ellos.

Los delfines prefieren aguas cálidas para parir, y varias hembras estarán cerca de la futura madre para defenderla de posibles peligros en ese delicado momento. Cuando el bebé delfín nazca, las acompañantes y su madre le ayudarán a subir a la superficie a respirar.


Delfín mular

A los pocos segundos de nacer, el pequeño delfín queda libre del cordón umbilical que lo unía a su madre. El recién nacido puede medir hasta 135 cm, y pesar aproximadamente 20 kg.

El bebé delfín se alimentará de la leche de la madre cerca de 20 meses. Aunque a partir del sexto mes ya combinará la leche con alimentos más sólidos. El vínculo entre la madre y la cría puede perdurar hasta los seis años.


Curiosidades de los delfines


  • Los delfines viven en grupos de hasta 100 individuos, y se ayudan entre ellos. Son muy sociables y en ocasiones se han divisado pequeños grupos que se mantienen unidos de por vida. Cuando un delfín está en apuros, otros de la comunidad acudirán en su auxilio.
  • Los delfines son de las escasas especies que tienen relaciones sexuales simplemente por placer, al margen de la procreación. También se les conoce relaciones homosexuales.
  • El delfín del Amazonas, también conocido como delfín boto, tiene una manera peculiar de cortejar a la hembra. Va recogiendo con su boca plantas, piedras y ramas, y se los lleva a su enamorada, mientras realiza llamativos movimientos en una especie de baile.
  • Los hemisferios del cerebro del delfín son independientes, de tal manera que se pueden desconectar uno del otro. De este modo, le es posible dormir y al mismo tiempo subir a la superficie del agua a respirar cada cinco minutos.


Cooperación de personas y delfines en Brasil


En el sur del Brasil, en el estado de Santa Catarina, delfines y humanos colaboran en la pesca desde hace más de 200 años.

Los delfines empujan a los peces hacia las redes de los pescadores, alimentándose a su vez de los que van quedando atrás.

Varias generaciones de pescadores han llevado a cabo este trabajo en equipo con los delfines, que para ellos son seres extraordinarios. Los cetáceos realizan vivos movimiento o golpean el agua con la cabeza y la cola, para advertir a sus compañeros humanos que los peces se están acercando y que preparen sus redes.

Delfinarios


La realidad de los delfinarios dista mucho de la imagen idílica y divertida que se transmite, sobre todo a los más pequeños. En estos lugares se priva a los delfines de desarrollarse de manera natural, y se les mantiene en cautividad de por vida.

Los delfines son seres sumamente inteligentes, tienen consciencia de sí mismos, poseen un lenguaje complejo, son solidarios y tienen un gran sentido lúdico. Son capaces de formar sociedades organizadas donde conviven unos con otros, creando vínculos que en ocasiones duran toda la vida.

Actualmente se sabe que los delfines en cautividad llegan a vivir hasta dos décadas menos que sus compañeros salvajes. Se les impide relacionarse en comunidad, hacer el ejercicio necesario y, en resumen, tener la calidad de vida que merecen.


Delfinario

En libertad un delfín puede llegar a recorrer hasta 100 km diarios, mientras en los delfinarios se les condena a dar vueltas y vueltas por el mismo reducido espacio un día tras otro.

Se pueden citar mil motivos para rechazar los delfinarios. Si los frecuentas, estás colaborando en que miles de delfines no puedan gozar de la vida que les pertenece. Di no a los delfinarios, y explica a tus hijos el motivo por el que no se debe acudir a ver esos espectáculos, porque esa es la única manera de que dejen de existir.


Beatriz Moragues - Derechos Reservados


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